martes, 28 de octubre de 2014

Comentario sobre momentos de pánico

Sólo un breve comentario hoy: hemos pasado unos días de aquellos de miedo, diría de pre-pánico. La bolsa ha caído con fuerza un par de días (tampoco un jueves negro ni nada), y los "expertos" en los diferentes medios ya se han hecho notar: que si una "sana corrección", que si "una vuelta a niveles de...", que si una "figura de vuelta a...". Sandeces. La bolsa NO es previsible a corto plazo, por mucho que oigais lo contrario. Y el que afirme que sí lo es, que sencillamente os lo demuestre con previsiones de corto plazo: acertará, de media, como un chimpancé.

Pero estos cortos periodos, que suceden con relativa frecuencia, son muy interesantes, por dos razones:

1- Los que van a corto plazo salen huyendo, a menudo por saltarles los stop-loss (esto es, a menudo asumiendo pérdidas y siempre pagando comisiones por vender).
2- Los que vamos a largo plazo podemos aprovechar para comprar barato.

¿En qué lado prefieres estar? Es muy conocido aquello de Warren Buffet que dice "soy avaricioso cuando los demás tienen miedo y miedoso cuando los demás son avariciosos". No hace falta añadir más. Seguiré insistiendo en la inmensa diferencia que supone comportarse de una u otra manera.


viernes, 17 de octubre de 2014

La tentación vive por todos sitios

Hay una tendencia, muy humana, en bolsa que es imprescindible evitar: la tentación de hacer "algo" constantemente. Ya vimos en una entrada anterior que cuanto más se opera en bolsa, menos beneficio neto se obtiene. Así de fácil. Pero, ¡ay qué difícil es evitar la tentación! Cuando no es una acción que tenemos en cartera que sube mucho y nos da un importante beneficio es una que baja de golpe y nos hace perder todo lo que íbamos ganando generándonos una gran decepción, u otra que baja mucho y pensamos si incorporar a nuestra cartera... Siempre hay algo que parece que deberíamos hacer, siempre hay una tentación llamando a la puerta. Por eso hace falta UN PLAN.

Y el plan puede ser tan sencillo o sofisticado como uno quiera. Yo voy ahora a compartir el mío, sencillo pero creo que más que suficiente para alcanzar mi deseada IF. Básicamente está formado por dos componentes:

- una cantidad máxima a invertir en bolsa por año
- una calidad: una lista de empresas adecuadas, con sus precios de compra

Seguir estrictamente estos dos sencillo puntos no puede llevar a nada malo. Se limita la cantidad y, más importante, la calidad de las inversiones. 

- sobre la cantidad: éste es un aspecto sin duda muy personal. Por esa razón no voy a hablar de cantidades concretas, aunque sí espero dar algunas pistas de por dónde deberían ir los tiros. Es una conocida norma sagrada que no invertiremos en bolsa más dinero de el que nos "sobre". ¿Y eso qué significa? Pues básicamente NUNCA poner en riesgo dinero que podamos necesitar para pagar el alquiler, la hipoteca, las necesidades básicas y similares + una cierta cantidad (esto puede ser más complicado) para "imprevistos". Total, que al final podemos hablar de cantidades no muy grandes, pero que bien invertidas pueden acabar resultando interesantes (es importante aquí recordar el concepto de interés compuesto) a largo plazo, como abogamos siempre desde este blog.

Podemos pensar en términos de porcentaje sobre la cartera total. En mi caso, empiezo esta aventura de 20 años con un 12,4% de cartera en renta variable (bolsa), siempre en empresas europeas o americanas (no me parece el mejor momento para mercados emergentes, además de que siempre implican más riesgo, algo de lo que huimos aquí). Hay quien aconseja, es un clásico, invertir en bolsa 100 - tu edad en porcentaje sobre la cartera (por ejemplo, 100 - 40 = 60% de la cartera para una persona de 40 años). Yo, a día de hoy y con mi aproximación conservadora, lo encuentro ciertamente excesivo. 

- sobre la calidad: no hace falta decir que hay docenas, si no centenares, de libros que tratan este punto. Yo creo que se puede resumir en: grandes empresas con un negocio creciente. Un poco en la linea de la magic formula de Joel Greenblatt. Hay otros aspectos a tener en cuenta, claro, como el tipo de negocio (hay quien excluye bancos y aseguradoras, o commodities, etc.) o el nivel de deuda de la empresa. Iremos viendo esto con detalle en futuras entradas: ¿qué comprar?, y, también muy importante pero no tanto como el qué, ¿cuándo? es algo sobre lo que volveremos a menudo.

¿No parece tan complicado, verdad? Volviendo a mi plan: tengo una lista de empresas (38 si incluyo las que remotamente tengo posibilidades de comprar algún día, 23 sin éstas) con precio de compra para cada una. Cuando una llega al precio de compra (excepto si es por una causa que invalide la inversión, como que haya engañado con sus cuentas y eso la haya hundido en bolsa) la compro, siempre y cuando no viole el punto anterior de inversión máxima por año.

Lo dicho, un plan sencillo, aparentemente, pero que implica un trabajo importante detrás, y, aún más, una importante disciplina para no saltárselo.

En próximas entradas, qué empresas sigo, por qué y a qué precios las compraría.